Se trata de dos trabajos muy breves: Ensueño y Acción nos remite a la Plaza de Colón en Madrid. En ella, una especie de montaje escenográfico de colosales dimensiones sugiere reflexiones contradictorias. En El Bosque de Bomarzo el autor dilucida los significados de un jardín manierista del Renacimiento atestado de alegorías y símbolos originados en la Alejandría del siglo II.